No me lo podía creer pero era verdad. Nunca lo pensé pero ahí estaba yo viéndolo. El obrero contra el obrero, el que tiene trabajo cerrando puertas al necesitado.
Ayer entré , como en otras ocasiones que voy a ver la sala de exposiciones de la Pasión, en un bar conocidísimo de Valladolid, yo diría emblemático, y no diré su nombre para evitar rollos y porque quizá su dueño no se lo merezca, donde desde siempre es famoso su mejillón y ya sabemos todos donde es....
Estaba comiéndome un bocata de calamares picantes y entra una muchacha sudamericana y solicita entregar un curriculum, a lo cual un par de camareros, uno de ellos sudamericano, se ofrecen como recogedores de la hoja y le dicen a la chica que aunque no hay mucho trabajo ...en un futuro podrán llamarla. Ella se va y al rato los camareros empiezan a reirse de su curriculum y a criticar la foto de la chica hasta que aparece otro camarero, uno que por suerte o desgracia lleva currando ahí desde que yo era niño, coge la hoja y comenta que con esa cara.... y de repente dobla la hoja y la rompe en mil pedazos.
Al verlo no pude más que recriminar su actitud y avergonzarme diciendo que no volvería más. Ellos contestaron enrojeciendo sus caras hasta casi estallar.
¡ que sinverguenzas, miedosos de perder su trabajo por ser inútiles! tenían que verse pronto en situación de buscarse la vida.